Remolinos, un paraíso de sal
- ASAFRE
- 22 ago 2017
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En la margen izquierda del río Ebro, junto a los Montes del Castellar se encuentra la localidad zaragozana de Remolinos. Un municipio enclavado en la comarca de la Ribera Alta del Ebro, que basa su economía en la agricultura y la explotación de sus minas de sal.
Desde sus inicios, Remolinos ha estado vinculada a la producción de sal. Y es que ésta es un excelente conservante de alimentos y también un producto imprescindible para la ganadería.
Probablemente sus minas fueron explotadas ya en la época romana, pero no es hasta la edad media cuando hay constancia de ello en los documentos. Es entonces cuando la sal empieza a ser usada por reyes y gobiernos como una fuente valiosa de ingresos.
Lo que en un principio eran pequeñas explotaciones familiares se ha convertido, con el paso del tiempo, en el motor principal que mueve la economía de Remolinos.
Pero no solo la sal es el gran atractivo de esta localidad zaragozana, la iglesia de San Juan Bautista destaca por su estilo neoclásico. Con una gran cúpula central y tres naves, su cabecera plana está cubierta por bóveda de lunetos.
También hay que destacar la Ermita del Santo Cristo de la Cueva, edificada en el siglo XIV en lo alto de un cerro. Desde allí puede contemplarse la belleza de la localidad y el valle del Ebro.
Al pasear por esta bonita localidad, nada hace pensar que en sus proximidades se encuentra uno de sus grandes quebraderos de cabeza, el Ebro.
A su paso por Remolinos, este río ha sido motivo de miedo para sus vecinos. Las últimas grandes avenidas del Ebro causaron destrozos en la localidad, que poco a poco ha ido recuperándose del susto.
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